Está demás comentar que lo que se acoge con buena disposición es mas fácil, mas ameno, se tiene menos miedo a su acercamiento y termina siendo mas familiar. En el violín no podía ser diferente. El acercamiento a este instrumento a cualquier edad debe ser un juego. Es necesario jugar, experimentar, comprobar hasta donde te da y cuánto te pide para equilibrar la relación que tienda a su dominio. Roma no se hizo en un día y el dominio de la técnica tampoco se hace en una día, en cambio es necesario convivir con el instrumento a diario. Es necesario adaptarse a una posición antinatura, mantener los brazos en equilibrio durante el tiempo de práctica tal y como antiguamente torturaban a los alumnos con libros en sus brazos extendidos y suspendidos en alto por alguna chiquillada o porque no se sabían la lección de turno. En el violín es necesario aprender a convivir con esto y hay que hacerlo con gusto o se desiste de hacerlo. Para someterse a tal tortura es necesario que el instrumento te aporte lo suficiente como para que valga la pena y esto se puede conseguir a través de una relación biunívoca, personal, y lúdica. Pasar el arco ya es otro cantar. Hay que tomarlo primero. Y su agarre es muy técnico y no se logra en un día, por lo que es necesario crear una relación causa - efecto, es decir, el hecho de pasarlo (con cualquier "técnica") aporta ya un acostumbramiento e interrogaciones con respecto a la manera de pasarlo y sacar un bello sonido, aparte de tener una cierta seguridad en su manipulación. Estos interrogantes generan una necesidad: ¿de qué manera paso el arco para conseguir que esto suene bien? ------>>> Ahí comienza la técnica. No antes. Es necesario generar la necesidad en el alumno antes de entregar la solución para que sea bienvenida. Por favor dejen jugar a los alumnos. Ellos irán indicando el camino. Y el que se crea "Profesor" que siga frustrando gente. La humildad del verdadero Profesor consiste en que el que toque sea el alumno y el que disfrute sea el alumno no en exhibir títulos o lo bueno que se es como violinista mientras el pobre alumno no aprende nada y cada día se siente mas frustrado.
El violín. Un bello instrumento que hace pasar muy buenos ratos. Cuando se pasan malos no es culpa del violín, sino del profesor.
El violín. Un bello instrumento que hace pasar muy buenos ratos. Cuando se pasan malos no es culpa del violín, sino del profesor.